La inminente implementación de la normativa europea CSRD (Corporate Sustainability Reporting Directive) está generando expectación y, en algunos casos, preocupación entre las empresas. Con más de 200 estándares o puntos ambientales a considerar, el panorama puede parecer abrumador. Sin embargo, es momento de afrontar este desafío con optimismo y visión estratégica.
Es cierto que las primeras empresas llamadas a reportar en 2025 los datos de 2024 son las que ya tenían que presentar el reporte para cumplir con la Directiva de Información no Financiera (Non-Financial Reporting Directive, NFRD en inglés), por lo que ya están acostumbradas a realizar este tipo de informes de sostenibilidad. Sin embargo, existen empresas que tendrán que empezar a reportar en 2026 y 2027 y aún no saben cómo van a abordar el tema.
En España, la transposición está aún por llegar y se prevé que se publique a finales de 2024.
En Gen0 podemos asesorarte sobre este tema.
Para aquellos a los que aún no les suene, la Corporate Sustainability Reporting Directive (CSRD) representa un hito crucial en los esfuerzos de la Unión Europea para promover la transparencia y la responsabilidad corporativa en materia de sostenibilidad.
La Unión Europea, en su ambición de alcanzar un futuro sostenible, ya publicó la Directiva 2014/95/UE, también conocida como NFRD (Non-Financial Reporting Directive). Esta directiva estableció las primeras reglas a nivel europeo para la divulgación de información no financiera por parte de ciertas empresas grandes.
A diferencia de la actual CSRD, la directiva NFRD tenía un alcance limitado, aplicándose principalmente a grandes empresas de interés público con más de 500 empleados. Requería que las empresas afectadas incluyeran en sus informes de gestión información sobre cuestiones medioambientales, sociales y relativas al personal, al respeto de los derechos humanos y a la lucha contra la corrupción y el soborno, pero sin especificar el tipo de dato a reportar, las unidades o los estándares utilizados para reportar. En cuanto a la verificación, no exigía una verificación obligatoria de la información no financiera.
Dado que el horizonte 2030 está cada vez más próximo y los objetivos ambientales son cada vez más ambiciosos, la UE publicó la Directiva CSRD, que supone una evolución significativa respecto a la NFRD.
La CSRD amplía considerablemente el número de empresas sujetas a la obligación de reportar, pasando de aproximadamente 12.000 bajo la NFRD a unas 50.000 bajo la CSRD. Introduce requisitos más detallados y estándares comunes de reporte conocidos como Normas Europeas de Información sobre Sostenibilidad (NEIS) o European Sustainability Reporting Standards (ESRS, en inglés).
Para que las empresas sepan qué estándares deben reportar, lo primero que deben realizar es un análisis de doble materialidad. Este análisis requiere que las organizaciones consideren tanto los impactos financieros de los temas de sostenibilidad en la empresa como los impactos de la empresa en la sostenibilidad. Una vez acotados los temas importantes para la empresa, deberán pedir opinión a sus principales partes interesadas para que indiquen si esas cuestiones son relevantes para ellos o no.
Una vez determinadas las cuestiones relevantes para ambas partes, se debe acudir al Reglamento Delegado (UE) 2023/2772 para determinar los requisitos de divulgación de información que les aplican. Las organizaciones deberán establecer los mecanismos internos para la recopilación de la información requerida.
En cuanto a la verificación, la CSRD introduce la necesidad de una verificación externa de la información de sostenibilidad, que será realizada por los auditores de cuentas. Por último, exige que los informes se presenten en formato electrónico y etiquetado digital.
La CSRD persigue que las empresas comuniquen su información sobre sostenibilidad con el objetivo de:
Sin embargo, podemos intentar que todo este esfuerzo no solo sea un dolor de cabeza para las organizaciones, sino que sirva como una herramienta para dar a conocer su nivel de compromiso con el medio ambiente.
Entonces, ¿por qué no intentamos sacarle partido a este informe para que nuestra motivación no sea únicamente cumplir con un requisito legal? Presentar los requisitos de divulgación de una manera clara y visual nos puede permitir utilizar el reporte CSRD como una poderosa herramienta de comunicación y promoción para nuestras partes interesadas. He aquí cómo aprovechar esta oportunidad:
En definitiva, el reporte CSRD, más allá de ser un requisito legal, ofrece una oportunidad única para contar su historia de sostenibilidad, diferenciarse en el mercado, atraer talento e inversores, y posicionarse como líder en prácticas empresariales responsables. Al adoptar un enfoque proactivo y estratégico, las empresas pueden transformar este desafío regulatorio en una ventaja competitiva significativa.