En un mundo donde la eficiencia energética es clave para la competitividad y la sostenibilidad, la correcta monitorización del consumo energético se convierte en un aliado imprescindible. Solo mediante un análisis preciso se pueden identificar áreas de mejora y aprovechar al máximo los recursos disponibles.
Nuestra amplia experiencia en auditorías, implantación de sistemas de monitorización e ISO 50.001 nos permite afirmar que las empresas que deciden llevar este tipo de control de los consumos mejoran en dos aspectos principales:
La monitorización permite reaccionar ante excesos de consumo, identificar consumos innecesarios y fomentar una implicación continua con la eficiencia energética.
Las empresas pueden establecer objetivos más realistas, verificar si se están logrando los ahorros previstos y detectar oportunidades para mejorar la eficiencia.
Estas ventajas solo son posibles si se realiza una interpretación adecuada de los resultados. Los análisis superficiales o basados únicamente en valores absolutos a menudo llevan a conclusiones equivocadas, afectando tanto la toma de decisiones como el reconocimiento del esfuerzo de los equipos de mantenimiento.
Cuando se mide el consumo de energía, es común recurrir al consumo total como referencia inicial. Sin embargo, este valor absoluto no siempre refleja la eficiencia de un sistema ni si se están logrando ahorros o excesos.
En muchas ocasiones nos encontramos con que una empresa ha aumentado su producción o que el clima ha sido adverso en el último año y su consumo absoluto ha aumentado. Dependiendo del enfoque del análisis, esto puede evaluarse de distintas maneras:
Si se identifican las variables relevantes, es posible predecir cuál debe ser el consumo. Incorporar variables como el número de personas, las horas de uso o los grados día de calefacción o refrigeración permite obtener una imagen completa de la eficiencia del sistema.
El primer paso para entender el comportamiento del consumo energético es el análisis descriptivo. Este permite identificar patrones de uso, detectar variaciones estacionales y establecer una línea base de consumo.
Una parte esencial del análisis descriptivo es la segmentación del consumo por tipo de equipo, área o proceso. Esto ayuda a identificar los principales consumidores y establecer prioridades en la gestión energética.
Los equipos de mantenimiento desempeñan un papel fundamental en la optimización del consumo energético de las instalaciones. Su labor diaria asegura el correcto funcionamiento de los sistemas, evita fallos que puedan aumentar el consumo y aplica mejoras que reducen la demanda energética.
Al evaluar el desempeño solo en función de valores absolutos, su esfuerzo puede pasar desapercibido. Los análisis que consideran variables de ajuste permiten visibilizar el impacto positivo de su trabajo, evidenciando ahorros que en otro contexto podrían no reconocerse.
La implementación de proyectos que cumplen con los criterios para obtener CAEs es una oportunidad para los equipos de mantenimiento y gestión energética, ya que se les reconoce formalmente por las mejoras logradas en eficiencia.
Los CAEs pueden obtenerse mediante dos vías:
En estos casos, la evaluación se basa en mediciones ajustadas, considerando variables de contexto y operación antes y después de implementar la medida. Este enfoque permite recompensar proyectos que logran reducir el consumo a pesar de incrementos en la carga operativa o cambios climáticos.
La monitorización del consumo de energía mediante un análisis que tenga en cuenta las variables relevantes es fundamental para obtener una interpretación precisa. Esto permite mejorar el control, evitar errores que menosprecien el trabajo de los equipos de mantenimiento y valorar adecuadamente las medidas de eficiencia energética implantadas.