En la actualidad, la urgencia de abordar el cambio climático ha llevado a la proliferación de términos y estrategias enfocadas en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Los más conocidos son "Carbon Neutral", "Net Zero" y "Descarbonización". Sin embargo, a menudo se utilizan de manera intercambiable, generando confusión. Pero ¿exactamente a que se refiere cada uno? Este artículo busca clarificar las diferencias entre estos términos y su importancia en el contexto de la acción climática global.
Carbon Neutral, o Neutralidad de Carbono, implica equilibrar las emisiones de carbono mediante su compensación. Es un concepto más flexible que permite a las organizaciones seguir emitiendo carbono, siempre y cuando compensen esas emisiones. No se trata de reducir, sino de compensar.
Este enfoque es considerado un paso intermedio hacia el Net Zero. Aunque permite una compensación inmediata de las emisiones, no aborda directamente la reducción de las mismas en las fuentes de emisión. Por ello, se limita a una compensación financiera sin modificar de manera sustancial los procesos internos o el consumo energético de la empresa.
Net Zero, o Cero Emisiones Netas, representa el equilibrio en el cual las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) generadas por una determinada actividad son igualadas por la cantidad de emisiones eliminadas de la atmósfera. En otras palabras, las emisiones netas de carbono son igual a cero.
Por tanto, este concepto va más allá de la simple compensación, exigiendo una reducción drástica de las emisiones en todas las operaciones y procesos de una organización.
El término Net Zero, en el contexto de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), se popularizó en la década de 2000, pero su uso preciso y generalizado se consolidó más recientemente, coincidiendo con la intensificación de los esfuerzos globales para combatir el cambio climático.
La idea de equilibrar las emisiones con la absorción de carbono surgió en la década de 1990 en discusiones sobre mitigación del cambio climático. Sin embargo, no es hasta 2015 cuando el término Net Zero gana prominencia con el Acuerdo de París sobre el cambio climático, donde se estableció el objetivo de alcanzar un equilibrio entre las emisiones antropogénicas y la absorción por los sumideros en la segunda mitad del siglo XXI. Desde 2018-2019, el concepto de “Net Zero" se ha vuelto centrar en las políticas climáticas globales, con muchos países y empresas estableciendo objetivos de neutralidad de carbono para 2050 o antes.
A nivel empresarial, significa tener una economía productiva sin emitir CO₂ equivalente, lo cual tiene importantes implicaciones para las organizaciones, que deberán disminuir significativamente sus emisiones de gases de efecto invernadero en toda su cadena de valor, tanto directas como indirectas. Además, es necesario adoptar medidas de eficiencia energética, transición a energías renovables y cambios en procesos productivos para reducir su consumo energético, lo que requiere invertir en nuevas tecnologías y soluciones innovadoras.
Dentro de esta estrategia, las empresas deben implementar sistemas para medir su huella de carbono corporativa y de productos, así como mejorar la trazabilidad en sus cadenas de suministro.
Es importante destacar que la colaboración intersectorial es fundamental, fomentar la colaboración entre industrias, proveedores y el sector público para lograr reducciones de emisiones a gran escala.
Algunas de las ventajas de la transición hacia Net Zero son los ahorros en costes operativos, acceso a nuevos mercados, mejora de la competitividad y de la imagen corporativa y una clara demostración de liderazgo en la lucha contra el cambio climático. Por último, las organizaciones con estrategias Net Zero sólidas pueden tener mejor acceso a capital y financiación sostenible.
Net Zero no es solo una herramienta de reducción de emisiones, sino que implica una transformación integral del modelo de negocio, operaciones y estrategia corporativa para alinearlos con un futuro bajo en carbono.
La descarbonización se refiere al proceso general de reducción de emisiones de carbono en la economía o en sectores específicos. Es un concepto más amplio que engloba las estrategias y acciones dirigidas a disminuir la dependencia de los combustibles fósiles y las emisiones de GEI.
Combina los mecanismos de compensación Carbon Neutral y de reducción de emisiones Net Zero mencionados anteriormente con un profundo cambio de mentalidad que exige un liderazgo sólido, un compromiso y un despliegue estratégico desde la alta dirección.
La alta dirección debe marcar el rumbo y establecer objetivos ambiciosos de reducción de emisiones, así como comunicar de manera clara y contundente la importancia de la descarbonización a todos los niveles de la organización. Es importante destacar, que este liderazgo debe traducirse en acciones concretas, como la asignación de responsabilidades y recursos para alcanzar los objetivos de descarbonización.
Además, la descarbonización requiere un cambio en la conducta del personal, fomentando una cultura de responsabilidad climática en la que cada empleado se sienta parte del proceso y contribuya activamente a la reducción de la huella de carbono de la empresa. Esto implica proporcionar la formación y las herramientas necesarias para que los empleados puedan tomar decisiones informadas y adoptar prácticas más sostenibles en su día a día.
Comprender las diferencias entre los términos Carbon Neutral, Net Zero y descarbonización es crucial para establecer objetivos climáticos realistas, implementar estrategias efectivas y contribuir de manera significativa a un futuro sostenible para todos. La elección de la estrategia adecuada dependerá de las circunstancias específicas de cada organización, pero el compromiso con la acción climática, en cualquier forma, es un paso esencial hacia la protección de nuestro planeta.